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Tomado Conan Doyle, “El hidalgo de
Reigate.”
¡No tener prejuicios y confiar en los hechos! Excelente regla para pensar de manera
correcta. Prejuicios vs hechos. Analicemos el término prejuicio, “pre”, es
decir un juicio previo al conocimiento de los hechos, un juicio sin ningún tipo
de fundamentación, mera especulación y opinión. Recordemos que un juicio consiste
en decir lo que pensamos de la cosa, del suceso o de la persona. Si
desconocemos los hechos que han ocurrido ¿cómo podemos expresar un juicio? Si no
tenemos conocimiento de la manera en que ocurren los hechos o de aquello que
son los hechos ¿cómo podemos hacer un juicio?
Analicemos ahora el término hecho. Un hecho es algo que ocurre, que acaece, que sucede.
Por hecho no debe ser entendida solamente alguna acción extraordinaria ocurrida
sino, simplemente, la realidad presente. Un vaso sobre una mesa, una rosa en el
jardín, un ave alimentando a sus pichones, un rayo que cae en una tormenta, un
rio que pasa, son ejemplos de hechos. Dice el gran filósofo Wittgenstein en su
tratado lógico-filosófico que el mundo es todo lo que sucede, es decir el mundo
son los hechos, entendiendo que los hechos son estados de cosas, siendo un estado
de cosas la relación entre las cosas. Es decir que los hechos son las relaciones
entre las cosas. Un vaso sobre la mesa es un hecho ya que es la relación entre
el vaso y la mesa, ¿cuál relación? Que el vaso está sobre la mesa (existen
otras relaciones, como por ejemplo, el vaso bajo la mesa). Bajo esta
perspectiva, el mundo es un lugar muy complejo. Pero Wittgenstein, en un
ejercicio lógico, nos abre la posibilidad de comprender los hechos, y por tanto
el mundo, ya que, para una clara comprensión de estos, debemos analizar las relaciones
en que participan las cosas. Y estudiar las relaciones implica conocer cada
cosa y las posibilidades que son condición esencial de su existencia.
Si se quiere una inmediata comprensión del mundo y un acercamiento a lo que es la
realidad, se deben seguir los hechos, a donde ellos nos lleven, no importa si
son caminos nunca antes transitados. Entre el análisis de los hechos y los
juicios basados en la especulación, por desconocimiento de los hechos o de sus
causas, es preferible el primero. Entre desconocer y conocer es preferible
conocer. Pero si vamos a conocer, es decir a estudiar los hechos, es mejor
hacerlo bien que hacerlo mal. Es mejor el análisis concienzudo y no la especulación
superficial. Es mejor el análisis detallado y no el estudio pasajero.
Ejemplo: Grandes hombres de ciencia, amparados por una fuerte condición lógica en sus
reflexiones acerca del mundo, han propuesto caminos que en su momento eran
tildados de descabellados y absurdos, pero que la comprobación empírica ha reafirmado.
Mientras los sentidos nos muestran que una pluma cae más lento que un martillo,
Galileo Galilei develó que se percibe así por la perspectiva en que nos
encontramos, pero que la realidad es diferente. En ausencia de aire, martillo y
pluma caen a la misma velocidad. Mientras los sentidos nos muestran que el sol y
los astros del cielo se mueven por el firmamento de oriente a occidente,
Nicolás Copérnico develó que se percibe así por la perspectiva en que nos
encontramos, pero que la realidad es diferente. La tierra no está quieta en el
centro del universo, sino que se desplaza por el espacio alrededor del sol.
Mientras los sentidos nos dicen que las estrellas permanecen siempre en la
misma posición y que su posición es inamovible porque están ahí y siempre lo
han estado, Albert Einstein develó que se percibe así por la perspectiva en que
nos encontramos, pero que la realidad es diferente, en un eclipse total de sol,
y no visualmente sino con aparatos especiales, se ve que las estrellas cambian
de posición aparente en el firmamento, lo que indica que la luz viaja por el
espacio-tiempo, que se curva cerca de los cuerpos celestes por acción
gravitatoria. Analizando de manera detallada y profunda los
hechos, nos damos cuenta que la realidad es diferente a como la percibimos.
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