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Tomado Conan Doyle, “Estudio en
escarlata. Capítulo 7. Parte 1.”
¡Hechos, contradicción, deducciones, interpretación! El mundo ocurre y los seres humanos
lo interpretamos. Los seres humanos somos intérpretes del mundo (y me atrevería
a decir los cerebros, lo que quiere decir que todo ser con locomoción, portador
de cerebro, interpreta el mundo). ¿Qué quiere decir esto? Que el mundo no es
como lo vemos sino que es diferente a la imagen que tenemos en la mente. Razón
tuvo Manuel Kant, el filósofo alemán, de decir que en la cosa había lo que
llamamos el fenómeno y el noúmeno, lo que percibimos y lo que no percibimos, o
la cosa en sí y la cosa para sí (o para mí). Razón tiene Rodolfo Llinás,
neurólogo colombiano, al decir que las cosas que vemos son construidas en
nuestro cerebro. Sin cerebros, que perciben el mundo y lo interpretan, las
cosas son, pero no son reconocidas. El mundo que vemos los humanos es distinto
del mundo que ven los animales mamíferos, aves, reptiles o insectos, y nunca
podremos saber cómo lo ven ellos ya que no tenemos ni sus cerebros, ni sus
percepciones.
Algunas veces percibimos la totalidad de los hechos. Algunas veces percibimos un instante
de los hechos, a veces el principio y a veces el final. Si percibimos el inicio
de un hecho, somos capaces, por conocimiento del evento o por síntesis, de dar
con el final del evento o la conclusión. Si percibimos el final del suceso,
somos capaces, por análisis, de dar con el origen del evento. Ir desde el
inicio hasta el final se llama inducción, ir desde el final hasta el origen se
llama deducción. Inducción y deducción son formas del razonamiento.
El mundo sucede, ocurre, acaece, simplemente pasa. Todo aquello que pasa es un
hecho. Dice Wittgenstein, en su tratado lógico-filosófico, el mundo son los
hechos. Y agrega que los seres humanos nos hacemos figuras de los hechos. Nos
figuramos el mundo. Somos intérpretes de lo que acaece. Si somos intérpretes ¿cómo
sabemos que nuestra interpretación es correcta? Generalmente los hechos permiten
más de una interpretación, a ocurrido en la ciencia: en el caso del movimiento
de los astros a través del firmamento, percibido por nuestros sentidos, se
manejó en la antigüedad, como saber científico, que la tierra era el centro del
universo y ahora se maneja, también como saber científico, que la tierra gira
sobre su eje y se desplaza a través del espacio alrededor del sol (rotación y
traslación); en el caso en el cual las personas ven imágenes y oyen voces,
inexistentes en la realidad exterior, se manejaba en la antigüedad, como saber,
la fantasmagoría o comunicación con el más allá o la posesión demoníaca, y se
maneja en la actualidad la enfermedad mental llamada esquizofrenia que debe ser
combatida con medicamentos. En estos dos ejemplos y en muchos otros se manejan
diversas interpretaciones.
También existen eventos locales, a menor escala. Situaciones no científicas sino
cotidianas como el rompimiento de una ventana, la pérdida de un objeto, un
ruido que se escucha, etc. Que sucedería si por ejemplo escucho un cristal que
se rompe y veo una pelota junto a los vidrios rotos. Podría interpretar que
alguien arrojó la pelota contra el cristal y que la pelota produjo el
rompimiento del vidrio y al atravesar la ventana quedó junto a los fragmentos
del daño, o tal vez podría interpretar que la pelota estaba en el interior de
la casa y que alguien pasó y con un bate rompió la ventana y los pedazos de
cristal roto cayeron en el interior de la casa cerca de la pelota, o podría
interpretar que una piedra rompió el cristal y que alguien de adentro de la
casa retiró la piedra pero no recogió los fragmentos de vidrio roto y
posteriormente la pelota rodó cerca de la ventana. Para dar con la veracidad de
los hechos y la interpretación correcta se necesitan hacer deducciones y
corroborar luego estas con los hechos y con las características de los hechos.
Ejemplo: Los sentidos nos muestran que el sol, la luna y las estrellas se desplazan por
el firmamento alrededor de la tierra. La primera interpretación dice que la
tierra es el centro del universo y que todo gira en torno a ella, fue la
ciencia de Aristóteles y Ptolomeo, y esa ciencia dominó hasta mediados del
siglo XVI. La segunda interpretación es
la que propone Nicolás Copérnico al ubicar al sol en el centro del universo y a
todos los astros del cielo a girar alrededor de él. De esta manera explicaba el
movimiento aparente de los astros alrededor de la tierra, esa interpretación
fue el inicio de la astronomía moderna. La tercera interpretación es la de
Giordano Bruno quien se pone a pensar que la tierra debe ser un planeta que
gira junto con los demás planetas alrededor del sol y que el sol debe ser una
estrella, como las demás estrellas del firmamento, y que cada estrella debía de
tener un sistema planetario que las acompaña, como sucede con el sol, y que
debía de haber algún planeta en esas estrellas con la posibilidad de vida
inteligente, como en la tierra, y que entonces en el universo habían muchos planetas
además de los del sistema solar, orbitando cada uno en su sistema estelar. Hoy
en día las deducciones de Bruno han sido confirmadas desde el año 1995 cuando
Michel Mayor y Didier Queloz descubrieron el primer planeta extra solar en la
constelación de Pegaso. La interpretación de Giordano Bruno era correcta y la
ciencia moderna lo está comprobando.
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