**Tomado de Conan Doyle. “El Sabueso de los Baskerville, capítulo. 4”
¡Posibilidad
y probabilidad, especulación y conjetura! Miremos que dice el diccionario de la
RAE: Especular: Perderse en sutilezas o
hipótesis sin base real. Conjeturar: Formar juicio de algo por
indicios y observaciones. Posible: Que puede ser o suceder.
Probable: Verosímil, o que se funda en razón prudente.
Si nos encontramos frente a una serie de hechos sobre los cuales
desconocemos su origen y queremos saber sus causas, ya sea por curiosidad o por
necesidad, debemos tener en cuenta que la imaginación juega un papel importante
ya que debemos ser capaces de postular posibilidades, es decir ser capaces de
imaginar los posibles eventos que llevaron a la manifestación del hecho
presenciado. Pero la sola imaginación no es garantía de solucionar la
incógnita, esta puede postular soluciones imposibles, inverosímiles,
inexistentes. La imaginación debe postular primero soluciones posibles, es
decir soluciones que realmente expliquen el evento ocurrido, por ejemplo,
frente a un vaso roto en la mesa del comedor podemos proponer a) que le cayó un
balón porque alguien estaba jugando cerca (posibilidad) o b) que se quebró porque
alguien lo miró con fuerza y deseó que se quebrara y la energía de la mirada
fue tan fuerte que el deseo se cumplió (imposibilidad). Después de que la
imaginación postule posibilidades, se debe escoger la más probable, es decir
aquella que tiene una fundamentación sólida, aquella que se basa en hechos
reales y no especulaciones sin sentido. Frente al ejemplo del vaso roto se
podría postular c) que se quebró porque alguien pasó cerca y lo golpeó, d) porque
alguien arrojó algo y lo tumbó, e) porque por la ventana entró un objeto que lo
alcanzó y lo golpeó fuerte. Si en el lugar de los hechos solo habita una
persona sería especulación decir que alguien lo golpeó o arrojó algo que lo
tumbara ya que sería teorizar sin una base real. Si el objeto queda cerca de la
ventana pero esta está cerrada y no se encuentra quebrada, sería teorizar un
imposible. Si en el lugar del evento vive más de una persona y hay alguien travieso
sería conjeturar porque habría bases para pensar en esa posibilidad. Y si en
efecto hay alguien travieso que en otras ocasiones ha hecho daños pues esa
sería la teoría más probable que explicara el suceso. Para conjeturar de manera
correcta y hacer un buen cálculo de probabilidades, hay que realizar una
observación detallada de los hechos ocurridos y tener en mente qué causas
antecedieron los hechos, ya que todo efecto es causado por algo con lo que se
relaciona (causa - efecto). Un vaso que cae es tumbado por un objeto material
que le transmite una fuerza que es capaz de tumbarlo. Un vaso no se cae sin
explicación alguna.
La solución a un enigma depende de varios factores. La imaginación
juega un papel importante a la hora de teorizar posibilidades, pero debe
fundamentarse en una observación detallada en los hechos presentados y en conocer
qué efectos se relacionan de manera directa e indirecta con qué causas.
Teniendo conocimiento de causas y efectos y todos los detalles del suceso,
puedo conjeturar la cadena de antecedentes y consecuentes hasta llegar al
evento presente y descartar las hipótesis menos probables dando así con la
explicación real del hecho o en su defecto con la explicación más probable.
Ejemplo: antes del Gran Sigmund Freud el común de las personas
pensaba que los sueños eran mensajes del más allá acerca del futuro. La ciencia
no se pronunciaba acerca de qué eran los sueños. Pensar en que los sueños eran
una manifestación del más allá para anunciar augurios futuros es mera
especulación, no existen bases solidas para tal creencia. Freud, el insigne
fundador del psicoanálisis, apoyado en bases solidas, producto de su estudio
sobre el cerebro y el pensamiento, propone que los sueños son causados de
manera predeterminada por el inconsciente, es decir aquellas imágenes
almacenadas en mi memoria crean una especie de obra de teatro cuando estamos
dormidos. El libretista de tal obra somos nosotros mismos pero no de manera
consciente sino inconscientemente, es decir que no lo hacemos a voluntad. La
propuesta de Freud es que en los sueños que recordamos (contenido manifiesto)
hay un mensaje oculto acerca de nuestros deseos o temores (contenido latente),
y que al hacer análisis de lo soñado podremos acceder a el mundo oculto del
inconsciente.
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