Quien se guíe por la lógica podrá inferir de una gota de agua la posibilidad de la existencia de un Océano Atlántico o de un niágara sin necesidad de haberlos visto u oído hablar de ellos. Toda la vida es, asimismo, una cadena cuya naturaleza conoceremos siempre que nos muestre uno solo de sus eslabones. ((Sherlock Holmes, Estudio en escarlata, capítulo 2,))


El razonador ideal, cuando se le ha mostrado un solo hecho en todas sus implicaciones, debería deducir de él no sólo toda la cadena de acontecimientos que condujeron al hecho, sino también todos los resultados que se derivan del mismo.

((Sherlock Holmes, Las cinco Semillas de Naranja.))


miércoles, 13 de febrero de 2013

“LA FACULTAD DE OBSERVAR CONSTITUYE EN MÍ UNA SEGUNDA NATURALEZA”**


**Tomada de Estudio en escarlata, capítulo 2.

¡¡La facultad de Observar!! ¿Qué es observar? Dice el diccionario de la RAE: Examinar atentamente /// Mirar con atención y recato. Concentrémonos en “atentamente” y en “atención”. Casi nunca lo hacemos. Pasamos de manera rápida y superficial nuestra vista por los objetos. Miramos de manera general y no de manera detallada y específica. Esto conlleva a que pasemos de largo características propias de las cosas. Si miramos con atención, es decir atentamente, seremos capaces de percibir aquello que permanece oculto por la generalidad, y la generalidad está emparentada con la rapidez y con el afán, la atención, por lo contrario, con la lentitud y la paciencia. En la observación se encuentra el principio del descubrimiento. Los grandes descubrimientos que la humanidad ha realizado se han llevado a cabo gracias a la observación. Al observar vemos lo que otros no. Y eso implica conocimiento extra sobre la naturaleza de las cosas, es decir que conoceremos lo que otros ignoran.

Sherlock le manifiesta a Watson la cualidad anterior en una conversación que tienen recién conocidos. Le recuerda que cuando se conocieron no sabían nada el uno del otro y él inmediatamente le dijo que venía de Afganistán. Watson le manifiesta que él lo sabía porque alguien se lo había dicho anteriormente y Sherlock le dice que no y que su razonamiento fue el siguiente: “He aquí a un caballero que responde al tipo de hombre de medicina, pero que tiene un aire marcial. Es, por consiguiente, un médico militar con toda evidencia. Acaba de llegar de los países tropicales, porque su cara es de un fuerte color oscuro, color que no es el natural de su cutis, porque sus muñecas son blancas. Ha pasado por sufrimientos y enfermedad, como lo pregona su cara mustia. Ha sufrido una herida en el brazo izquierdo. Lo mantiene rígido y de una manera forzada... ¿En qué país tropical ha podido un médico del ejercito inglés pasar por duros sufrimientos y resultar herido en un brazo? Evidentemente en Afganistán.”** Toda la deducción lógica parte de la observación: el aire marcial, el color de la piel, el brazo herido, la cara mustia... lo demás es la cadena de razonamiento (Y una interpretación acertada) que se sigue de un mirar atento.

Pensar bien está emparentado con la observación. Mirar de manera atenta significa pasar la vista lenta y concentradamente sobre los hechos observados. El afán y el apresuramiento son enemigos del descubrimiento porque el principio del descubrimiento es la observación, es decir el mirar atento y el examen detallado.



Ejemplo: A Anton Van Leeuwenhoek se le ocurrió observar con su microscopio las alas de los insectos, una gota de agua, una gota de semen y descubrió el mundo de lo muy pequeño, nadie más antes que él; A Galileo Galilei se le ocurrió observar con su telescopio las estrellas, la luna y los planetas y descubrió el mundo de lo muy grande, nadie más antes que él. Ambos abrieron nuevos caminos para la ciencia. 

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